La Venerable Madre Julia nació en la Ciudad de Oaxaca, el día 30 de junio de 1881. Fueron sus padres el profesor Don Demetrio Navarrete, director de la Escuela Normal de la misma ciudad y Doña Julia Guerrero, maestra de Música y Canto; ambos formaron un matrimonio profundamente cristiano y digno, y procrearon a sus seis hijos, de los cuales, la segunda, Julia, fue religiosa.
La Madre fundadora vivió 93 años fecundos, muy ricos en logros humanos, culturales y espirituales. Pudo aunar en su gran personalidad una síntesis admirable de firmeza y ternura. Vivió muy unida a Dios; practicó una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús, al Espíritu Santo, a la Virgen Santísima y supo comunicar esto mismo a las personas con quienes trataba, interesándose especialmente por infundir estas devociones en todas las obras apostólicas que atendió. La medida de su amor a Dios se adivinaba en el trato a las personas. Nos deja un hermoso ejemplo de fe, confianza plena en Dios, entrega incondicional en la construcción del Reino, celo apostólico, amor y adhesión a la Iglesia; de exquisita caridad y comprensión a todos; de estima y ayuda a los pobres y de servicio. Encendió en las personas a quienes trató, sobre todo en las religiosas de su congregación, el deseo de que la Obra siga al servicio de la Iglesia en los hermanos. Estableció 47 casas entre colegios y misiones en la República Mexicana y 4 en Estados Unidos de Norteamérica. Dirigió el ideal del Instituto a la formación integral de la niñez y juventud, a los que amo mucho. Fue una maestra auténtica, de brillante inteligencia, muy preparada, respondió a las necesidades de su tiempo. Trabajó incansablemente para que en sus colegios germinara el progreso junto con el crecimiento moral y espiritual de los educandos. La Madre Julia falleció el día 21 de noviembre de 1974, en la ciudad de Toluca, Estado de México. Fue sepultada en la capilla anexa a nuestro noviciado, en la ciudad de Aguascalientes. El 30 de junio de 1985 se abre, en esta misma ciudad, el proceso de canonización mediante el cual es declarada por la Iglesia Sierva de Dios y el Papa Juan Pablo II la declara Venerable el día 22 de junio de 2004, probándose en ella la práctica de las virtudes de Fe, Esperanza y Caridad así como las virtudes morales en grado heroico. |
El Padre Alberto Cuscó Mir, de la Compañía de Jesús, nació en el Publio de San Pedro de Gélida, provincia de Barcelona, Región de Cataluña en España, el día 23 de diciembre de 1852. Fueron sus padres José Cuscó y Raymunda Mir.
De niño fue muy piadoso y se distinguió especialmente por su amor a Cristo y a la Santísima Virgen María; como hijo fue obediente, dócil, respetuoso con sus padres. Como estudiante, trató de aprovechar siempre las oportunidades que le brindaron de formarse. Estudió en la escuela de su pueblo de donde pasó al Noviciado de la Compañía de Jesús de Andorra, España, el día 15 de septiembre de 1872. Fue un fervoroso sacerdote que, a través del Sacramento de la Reconciliación, dirigió con sus consejos y su oración a muchas personas que se acercaban a él. Predicó el amor y desagravio al Sagrado Corazón de Jesús e inculcó siempre la devoción a la Santísima Virgen María. Vino a México en noviembre 3 de 1878 para hacer su magisterio, en el Colegio de San Juan Nepomuceno de Saltillo, Coahuila, regresó a Europa y fue enviado a Inglaterra a completar sus estudios. Ordenado Sacerdote el 8 de septiembre de 1886 fue destinado a Barcelona, España. Regresó a México en 1892 y estando aquí inició la Fundación de la Congregación de las Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María, que ante todo se dedicaría a desagraviar al Corazón de Jesús por medio de la oración y el apostolado y a propagar las devociones al Espíritu Santo y a la Santísima Virgen María. El Padre estuvo trabajando con esforzado celo apostólico en México hasta 1914, año en que la persecución religiosa pasó a Estados Unidos. Murió en Marfa, Texas, el 22 de diciembre de 1916. Sus venerables restos fueron trasladados a la ciudad de Aguascalientes y se conservan en un mausoleo, junto con los de nuestras fundadoras. |
Cofundadora con la Madre Julia fue la Madre Virginia Rincón Gallardo, nacida en la ciudad de Aguascalientes, Ags. El 18 de marzo de 1878. Fueron sus padres Don Rodrigo Rincón Gallardo y Doña Virginia Doblado, quien falleció cuando su hija tenía apenas dos años de edad.
Virginia fue atendida y educada en la ciudad de México por su abuela, la Sra. Ana Rosso de Rincón Gallardo. Estuvo de interna ocho años en el colegio de las Damas del Sagrado Corazón de la misma ciudad y allí recibió una esmerada formación. A la edad de 22 años y conociendo muy de cerca al Padre Alberto Cuscó Mir, convencida de que su vocación era para la vida religiosa pidió al Fundador que la admitiera en su Congregación. Se distinguió siempre por su bondad, por su gran amor a Dios y su deseo de sacrificarse por los demás. Tenía un carácter dominante pero a base de esfuerzos y constancia lo hizo desaparecer quedando en ella una dulce firmeza y una inquebrantable adhesión al Instituto. Fue compañera de la Madre Julia Navarrete y con ella escribió los primeros reglamentos de la Congregación. También con ella, el 4 de enero de 1904, en la Ciudad de Aguascalientes, Ags. fundó el primer colegio del Instituto llamado Colegio de la Inmaculada. La Madre Virginia prometió a Dios hacer siempre lo más perfecto. Muy pronto el Señor juzgó que estaba madura para el cielo y víctima de una pleuresía, falleció en la ciudad de Aguascalientes el 12 de marzo de 1904. “Si el grano de trigo no muere, no da fruto”. La Madre Virginia fue la primera semilla que el Sembrador Divino recogió para el cielo, dejándonos el recuerdo de su vida santa y de su generosa entrega al Señor. |